A petición de una linda personita les hablaré un poco de este personaje, considerado como el BATHORY MASCULINO, ANEL gracias por tus comentarios...

Nacido en 1404, Guilles quedó huerfano con sólo 11 años y heredó bastas propiedades. En 1420 se casó con la heredera CATALINA DE THOUARS, y se convirtió en el noble más rico de Europa. En el S. XV, el cronista MONSTRELET lo proclamó "Caballero de gran Valentía". Luchó a lado de JUANA DE ARCO en Orleans y a los 25 años fué nombrado mariscal en Francia. En 1432 se retiró a sus dominios donde su vida extravagnte agotó su fortuna y se dedicó a la brujería para poder recuperarla. Contrató alquimistas y magos e incluso a un nigromante florentino, el PADRE FRANCESCO PRELATI. Al ver que no lograban convertir el metal burdo en oro, vendió sus teirras, casi todas al Duque de JEAN Normandía y a MALESTROIT, Obispo de Nantes.
En septiembre de 1440 GILLES azotó y encarceló a un sacerdote que intentaba tomar posesión de un castillo que le había comprado. El obispo aprovechó la ocasión y requirió a GILLES para que respondiera a las acusaciones que había estado instruyendo en secreto. GILLES se vió enjuiciado por 49 acusaciones posiblemente frívolas, pero fué torturado para que confesara y el 26 de octubre de 1440 él y dos compañeros fueron ejecutados como herejes. Muchos consideraron el juicio una impostura. Otros cómplices fueron liberados cuando denunciaron a GILLES. Si bien PRELATI escapó a la muerte, aunque confesó haber organizado orribles ceremonias, más tarde ahorcó por otros crímenes.
El verdadero propósito del juicio pudo haber sido condenar a GILLES por herejía, pues así sus dominios podían ser confiscados por el obispo MALESTROIT y el Duque estaba tan confiado en el veredicto que el 3 de septiembre ya había vendido las tierras que esperaba obtener, 15 días antes de que el juicio empezara.
El cuerpo del barón Gilles de Rais, mariscal de Francia, descansará (tal y como lo deseaba antes de ser ejecutado) en una sepultura cristiana, en la Iglesia de Nuestra-Señora del Carmelo, en Nantes. Trescientos cincuenta años después, los revolucionarios destruyen su tumba.
Se trazó así el retrato de un hombre perdido por gozar de una riqueza excesiva demasiado joven, proclive a permitirse las más viles fantasías sado-eróticas. Se le describió como un hombre orgulloso, rico, hermoso, devoto, cristiano, valeroso, joven, diestro en la batalla, experto conocedor de arte y amante de la música.
Antes que negar los hechos, Gilles de Rais prefirió admitir todos sus crímenes. Sus confesiones resultaron tan repugnantes que, durante la instrucción del juicio, uno de los jueces se levantó para cubrir una pintura representando a Cristo, con una cortina. Ante el tribunal de la Inquisición, el mariscal no vacilaba en hacer una detallada descripción... "admitió haber eyaculado en el calor elástico de sus intestinos. Admitió que les había sacado el corazón a través de heridas agrandadas, y con los ojos de un somnámbulo, miró los dedos de sus manos sacudiéndoselas como si por ellos resbalase la sangre vertida. Se dice que, mucho antes, habría desmembrado a una mujer encinta para jugar con su feto..."
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